martes, 26 de enero de 2021

Comentario de texto: Diálogo de galán y dama desdeñosa

 Traigo aquí otro comentario de texto que, a mi juicio, puede servir como referente a alumnos de filología hispánica que pretendan llevar a cabo un trabajo de este tipo. En este caso es de un texto no muy conocido de Quevedo, el "Diálogo de galán y dama desdeñosa"; su autora es otra de mis alumnas, Alejandra Escobar Torné. 


COMENTARIO DE TEXTO

DIÁLOGO DE GALÁN Y DAMA DESDEÑOSA

            1. Contextualización 

            Diálogo de galán y dama desdeñosa es un poema que pertenece a Francisco de Quevedo. Cabe destacar que dicho autor se encuadra en la época barroca[1]. El Barroco es un movimiento que se caracteriza por extremar algunos de los impulsos del Renacimiento. De ahí que en ningún momento se refute el período renacentista, sino que se produce una exageración del mismo al tener un estilo rebuscado. Así pues, existen una serie de coadyuvantes que desembrollan los motivos por los que se origina este suceso.

            En primer lugar, el Barroco es el arte de la Contrarreforma. Por ello, se percibe de forma evidente la evanescencia de la armonía propia renacentista y la falta de equilibrio que caracteriza a esta etapa. Como resultado, en el ámbito literario esta concepción se expresa mediante la fugacidad y el sinsentido de la vida, pues nada es lo que parece ser.

            Asimismo, la recuperación de la Poética de Aristóteles[2] no únicamente subraya la mímesis de la naturaleza como principio del arte, sino que intenta retratar la variedad del mundo en su multiplicidad, desde la realidad más excelsa hasta la más escatológica. Como consecuencia, se produce una literatura vitalista en la que se desarrolla la noción de concordia discors, en la que lo hermoso y lo grotesco se unifican.  

            Igualmente, la perspectiva de Copérnico sobre el universo suscita una visión casi perdida de los hombres sobre la Tierra, puesto que se transforman en seres minúsculos. Esta modificación provoca en la humanidad una sensación de pánico al vacío (horror vacui). Por consiguiente, la réplica a ese pavor será completarlo todo lo máximo posible. 

            Además, el Barroco se agrupa en dos grandes tendencias: el conceptismo de Quevedo y el culteranismo de Góngora. El conceptismo se basa en la unión perspicaz de dos elementos que aparentemente no tienen relación. No obstante, aunque Góngora[3] y Quevedo sean conceptistas, Góngora se aleja de esta corriente e instituye el culteranismo que se caracteriza por su complejidad.

            En suma, la cohesión de todas las características barrocas le influye en gran medida a Quevedo, cuya personalidad es sumamente contradictoria.

            De la misma manera, muchos de los rasgos barrocos se reflejan en su Poética, particularmente en la temática de la misma. La producción poética quevedesca está constituida por la poesía amorosa, a la que se le añade el sentimiento de desengaño propio de este período; los sueños que presuntamente ha tenido el propio autor; la poesía religiosa, puesto que Quevedo se considera a sí mismo un autor muy católico, y la crítica social, que incluso está presente en su poesía metafísica. En relación con esta última peculiaridad, la crítica social de Quevedo está respaldada por los propios intereses personales del poeta. Por ello, el autor vitupera en sus obras a los grupos más oprimidos.

            De igual modo, conviene resaltar los acontecimientos históricos que se están desarrollando en esta etapa. Por un lado, la Reforma Protestante se inicia a principios del siglo XVI por Lutero. El motivo de su sublevación es debido a la convalidación de las bulas que otorgaba la Iglesia Católica por años de purgatorio, si se desembolsaba una cantidad de dinero determinada por las mismas. Así pues, muchas personas las adquieren al sentirse atemorizadas por este hecho. En consecuencia, Lutero se percata de que están siendo engañados y protesta por ello. La propuesta luterana se fundamenta en que el cristianismo debe concebirse individualmente y no de manera colectiva, pues considera que los seres humanos están en pecado desde que nacen al pensar únicamente en su propio beneficio. Por consiguiente, la muerte de Jesucristo salvó a toda la humanidad, por tanto, para ir al cielo es necesario solamente leer la Biblia y encomendarse a Dios. Además, Lutero plantea la libre interpretación de las escrituras. Como resultado, la perspectiva luterana provocó una visión individualista del mundo. Posteriormente, en el siglo XVI aparece Calvino en Francia. El calvinismo defiende que trabajar es el único acto de amor a Dios. Tanto es así que el valor de las personas se mide por su trabajo. Este hecho desintegra la sociedad del siglo XVII basada en el privilegio y en la nobleza. Por tanto, ambas posturas no solo conforman una nueva concepción de la moral, sino que suponen una auténtica revolución. Por ende, surge la Contrarreforma que utiliza el arte como instrumento propagandístico, ya que era indispensable un estilo grandilocuente y ostentoso que luchase contra la herejía a la par que evidenciase el triunfo católico.

            También, cabe mencionar que el amor cortés se inicia en la Edad Media como reflejo de las relaciones de vasallaje propias de la época. Por eso, en el siglo XVII referirse al feudalismo era disparatado y obsoleto, dado que la sociedad de ese momento se regía en función de un emperador. Un claro ejemplo se localiza en la obra Don Quijote de la Mancha, que es una sátira contra los libros de caballerías. Cervantes se burla de esta concepción amorosa mediante la figura de Dulcinea del Toboso, amada de don Quijote.

            2. Tema del texto

            Sátira al amor cortés.

 

            3. Estructura externa

            La creación poética a la que se alude es un soneto. Este tipo de composición está constituida por un total de catorce versos distribuidos en dos cuartetos y dos tercetos. Todos los versos son endecasílabos, por tanto, son versos de arte mayor. Sin embargo, en el verso quinto Quevedo emplea la diéresis con el fin de segmentar el diptongo que se localiza en el término “cruel”. Igualmente, el poema cuya estructura métrica es ABBA ABBA CDE DCE, presenta una rima consonante. Además, la obra exhibe una estructura dramática mediante un diálogo entre un galán y una dama. Concretamente, tanto el galán como la dama participan en la conversación hasta en nueve ocasiones.

 

            4. Estructura interna

            La disposición de este poema se particulariza por las intervenciones ficcionales del galán cuando describe a la dama, propias de la poesía cortesana. En contraste, la mujer rompe esos juegos ficcionales por medio de sus respuestas. La razón por la que esto sucede es debido al enfoque racionalista de la dama, pues al examinarse la ficción desde dicha perspectiva, la metáfora del galán queda absolutamente desarmada y caricaturizada.

Por tanto, cabe precisar que este soneto es una creación metaficcional, ya que alude asiduamente a la ficción.

 

            5. Comentario

            La obra quevedesca Diálogo de galán y dama desdeñosa escarnece el amor cortés.

            En el primer verso, Quevedo hace referencia a la herejía. En muchas ocasiones la poesía cortés incurre en hereje al venerar a la dama más que a la propia divinidad, como se evidencia en este verso. No obstante, mencionar la herejía en la España del siglo XVII era exponer un asunto sumamente polémico, puesto que implicaba una grave problemática. Por una parte, la Reforma Protestante impulsada tanto por Calvino como por Lutero y, por otra, la Contrarreforma, es decir, la réplica de la Iglesia católica a dicha Reforma. Así pues, la dama al tomarse en un sentido literal las palabras del galán, alude a ambos reformadores protestantes en el segundo verso. El motivo por el que esto ocurre es debido a que hacer mención a la herejía era equivalente a enfatizar lo que había acontecido en relación con la misma en el siglo anterior, de ahí la contestación de la dama. Asimismo, en los últimos versos del primer cuarteto no únicamente se refleja la ficción por parte del galán, sino que es muy llamativa la contestación de la dama que revela la aprensión de Quevedo hacia los médicos. El poeta considera que los sanitarios eran aún más perniciosos que las propias enfermedades. La razón por la que Quevedo critica a los facultativos es que el autor vitupera a todas aquellas profesiones que se posicionan en un rango inferior al suyo, como ocurre con este oficio. Por consiguiente, el poeta desea trasladar al lector de la obra un mensaje conciso y claro: trabajar no dignifica. Por tanto, Quevedo se opone al calvinismo, que reducía toda la dignidad humana al trabajo.

            De igual forma, los dos primeros versos del segundo cuarteto hacen alusión al verdugo que ejecuta violentamente al reo de muerte. En consecuencia, este episodio causaba en la persona que iba a fenecer “enojos”, es decir, un gran sufrimiento. No obstante, en el caso de este poema el galán va a padecer aflicción amorosa por su amada. La dama, que comprende el mensaje literalmente, le advierte al galán que no debe quejarse pese a que se sienta angustiado por su rechazo. Además, en los últimos versos del segundo cuarteto se observa que el único interés que tiene la mujer con respecto al enamorado es su dinero. Por ello, hace referencia a los “cabellos rojos”, puesto que las personas más codiciosas guardaban su dinero en los odres de cuero que tenían un pelaje rojizo. Sin embargo, ella quería que su pretendiente tuviese “el oro en bolsa”, ya que evidenciaría que le iba a poder costear todos los caprichos que la dama quisiera.

            Con respecto al primer terceto, el galán le otorga su alma a la dama. Su amor hacia la mujer es tan fuerte que hasta su mirada le aflige, por tanto, le pide que le robe el corazón. Es decir, el galán le está otorgando su vida a la dama. Sin embargo, la ficción del enamorado se opone al realismo de la mujer, cuyo único aliciente es el dinero. Finalmente, en el primer verso del último terceto el galán se siente desesperado por el continuo desdén de su amada. De ahí que interpele a la dama la causa del denigrante tratamiento hacia su persona. La mujer le responde por medio de una metáfora gastronómica que él había utilizado precedentemente. En el último verso, el galán concluye manifestando que se muere de amor por ella. Sin embargo, la dama muestra indiferencia ante la muerte del galán, pues lo que le preocupa es adquirir sus bienes.

            Por ende, en esta creación Quevedo pone de manifiesto tanto la misoginia como el materialismo que caracteriza a la sociedad. Por una parte, la misoginia es consustancial al poeta, dado que critica a la sociedad a través de los colectivos que sufren un mayor sometimiento. En el siglo XVII las mujeres tenían escasos derechos, de ahí que el autor exhiba a una mujer codiciosa en esta creación. Por otra parte, Quevedo quiere acentuar la noción dineraria a lo largo del soneto, pues el poeta sostiene que las transformaciones sociales concomitantes al siglo XVII se regían por el dinero, ya que era la herramienta que se empleaba para cuantificar el trabajo de las personas si se tenía en consideración el calvinismo. Por esta razón, si el trabajo dignifica al ser humano, la nobleza queda derogada y todo se basa en prerrogativa monetaria. No obstante, Quevedo ratifica que el dinero no te hace más digno. Para él lo más importante es que ese capital se obtenga de forma lícita. En suma, cabe resaltar la misoginia como crítica social en esta composición.

            Con respecto a las formas utilizadas en el poema, conviene subrayar que en plano fónico se encuentra la interrogación retórica. Esta figura se emplea frecuentemente en el desarrollo de la obra con el fin de realzar lo que se expone, ya que en ningún momento se espera una respuesta de la misma. En los versos 5, 6 y 7 el galán se encuentra exasperado por el continuo rechazo de su amada, mientras que ella lo instiga a no lamentarse de sus penas de amor. Así pues, se recurre a la interrogación retórica con el fin de que tanto él como ella reflexionen sobre su comportamiento. Además, en los versos 9 y 10 la dama estima las respuestas del galán desde un punto de vista racional. Por ello, invita al cortejador a meditar lo que expone por medio de esta figura. También, en el verso 12 el galán cuestiona a la dama su conducta a través de la utilización de este recurso.

            En cuanto al plano morfosintáctico, destaca el polisíndeton en el octavo verso mediante la conjunción “y” que dota al verso de una mayor fuerza expresiva, pues lo que la dama realmente anhela es “el oro en bolsa” y desestima el dinero en “cabellos rojos”.

            En relación con el plano léxico-semántico, se halla una metonimia en el primer verso en correspondencia con el término “despojos”, puesto que el semblante de la dama no le hace hereje a él, sino a la parte más mezquina del sujeto que son sus despojos. Igualmente, en el soneto predominan las metáforas que emplea el galán. Esta figura se ve reflejada en sus intervenciones en el primer cuarteto, pues mediante la metáfora se relaciona el rostro de la dama con los despojos del enamorado, por un lado y los ojos de la mujer con el mundo, por otro. Como resultado, de modo hiperbolizado se incide en herejes, así como que los ojos de la dama matan a la humanidad. De igual forma ocurre en el primer terceto, en el que se identifican el alma, la vista y el pecho con tomar, herir y robar. El galán anhelaba que la dama se adueñase de su alma y que le arrebatase su pecho, ya que únicamente con mirarle le causa heridas de amor. Es decir, el galán deseaba que la dama lo tomase como suyo y lo refleja por medio del empleo de metáforas.

            En conclusión, Quevedo en Diálogo de galán y dama desdeñosa se burla del amor cortés a través del contexto social, político e histórico concerniente al siglo anterior.



[1] Desde el punto de vista literario, el Barroco ocuparía el siguiente lapso de tiempo: desde el año 1598 (defunción de Felipe II) hasta 1681 (deceso de Calderón de la Barca). No obstante, conviene subrayar que los estudiosos consideran que a partir de 1580 se manifiestan ya algunas propensiones barrocas. De igual forma, Quevedo se asocia con la segunda generación barroca (nacidos en torno a 1580).

[2] Robortello tradujo la Poética aristotélica al latín en 1548.

[3] Góngora fue el iniciador de la poesía conceptista en España, ya que él pertenece a la primera generación literaria barroca. Por tanto, es anterior a Quevedo. 



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