Se ha publicado recientemente un nuevo artículo mío en el volumen 53 de la revista Anales Cervantinos: "Una olvidada imitación del Quijote en la España de finales del XVIII: El tío Gil Mamuco (1789), de Francisco Vidal y Cabasés. Contextualización y análisis".
lunes, 13 de diciembre de 2021
Una olvidada imitación del Quijote en la España de finales del XVIII
viernes, 3 de diciembre de 2021
El cáncer como castigo divino en Doña Blanca de Navarra
Se ha publicado recientemente un nuevo artículo mío en el número 4 de la revista Esferas Literarias: "El cáncer como castigo divino en Doña Blanca de Navarra, de Francisco Navarro Villoslada (1847)".
lunes, 4 de octubre de 2021
Un romántico en contra del liberalismo exaltado
Se ha publicado recientemente un nuevo artículo mío en el número 19 de la Revista Historia Autónoma: "Un romántico en contra del liberalismo exaltado: el caso de Estanislao de Cosca Vayo".
Podéis acceder al artículo, de manera totalmente gratuita, a través de este enlace.
jueves, 12 de agosto de 2021
Un andaluz responde a Washington Irving
Se ha publicado recientemente un nuevo artículo mío en el volumen 98 (7) de la revista Bulletin of Hispanic Studies: "Un andaluz responde a Washington Irving: las Tradiciones granadinas de José Joaquín Soler de la Fuente".
Podéis comprar el artículo a través de este enlace. Si eres investigador y lo necesitas, puedes contactar conmigo a través de este correo electrónico: javier.munozdemorales@uca.es
miércoles, 7 de julio de 2021
Biografía y ficción
Se ha publicado recientemente un nuevo artículo mío en el volumen XLV (1) de la revista Lexis: "Biografía y ficción: la novela El rey de Sierra Morena, de Manuel Fernández y González (1874)".
Podéis acceder al artículo, de manera totalmente gratuita, a través de este enlace.
martes, 18 de mayo de 2021
Edición crítica de El condestable don Álvaro de Luna, de Manuel Fernández y González
Tras muchos meses de trabajo, me complace anunciar que, a partir de hoy, está a la venta mi primer libro académico: una edición crítica de la novela El condestable don Álvaro de Luna, gracias a Editorial Renacimiento.
En mi edición, me he esforzado todo lo posible por justificar que se deba rescatar del olvido a un escritor que, en su día, significó tanto para Galdós, Baroja, Blasco Ibáñez y muchos otros. La obra en cuestión, El condestable don Álvaro de Luna, destaca frente al resto de su ingente producción novelesca por motivos que he dejado explicados en el estudio preliminar. Considero que aun hoy en día, casi doscientos años después de su publicación, es un texto capaz de cautivar a cualquier lector con criterio. ¡Espero que os resulte de interés! Se agradece toda difusión.
El libro puede ser encargado en cualquier librería, o adquirido a través de este enlace.
domingo, 25 de abril de 2021
Olavide, Rousseau y la crianza de los hijos
Este mes ha publicado el libro titulado La invención de la infancia. XIX Encuentro de la Ilustración al Romanticismo: Cádiz, Europa y América ante la modernidad, 1750-1850, ed. Fernando Durán López, en la editorial UCA. He contribuido a este con un capítulo, "Olavide, Rousseau y la crianza de los hijos: la novela El inconstante corregido (1817)". En él, me propongo analizar una novela de Pablo de Olavide que, a diferencia de lo habitual en este autor, no es adaptación casi literal de un texto francés, sino una considerable ampliación de un cuento que, en origen, solo tenía seis páginas. Procuro, a su vez, dar cuenta de cómo quedan ahí patentes las ideas de Rousseau sobre la educación, pero adaptadas a la mentalidad que el limeño entonces tenía.
Podéis adquirir el libro en cuestión haciendo clic aquí. Si eres investigador y necesitas mi capítulo en concreto, puedes contactar conmigo a la siguiente dirección de correo electrónico: javier.munozdemorales@uca.es
domingo, 7 de marzo de 2021
El pirata de Colombia y Obispo, casado y rey: Comparación general
Después de haber publicado aquí trabajos breves de mis alumnos que comparaban aspectos concretos de las novelas El pirata de Colombia y Obispo, casado y rey, os traigo aquí, finalmente, otros dos estudios comparativos que establecen un contraste general entre las dos obras.
El primero de ellos lo debemos a mi alumno Usama el Zein, y podéis acceder a él a través de este enlace.
Del segundo es autora mi alumna Verónica González Alfaro, y podéis verlo aquí.
Espero que os sean de utilidad.
jueves, 25 de febrero de 2021
Contraste religioso entre El pirata de Colombia y Obispo, casado y rey
Queridos lectores,
volviendo de nuevo sobre El pirata de Colombia y Obispo, casado y rey, en esta ocasión os traigo otro trabajo breve que compara estas dos novelas en uno de los asuntos sobre los que mayor contraste crean: la religión. El alumno en cuestión que lo ha llevado a cabo, Carlos Galán Merchán, logra dar cuenta ampliamente de hasta qué punto coexistieron sensibilidades religiosas diferentes en el Romanticismo español, desde el ateísmo más descreído hasta la religiosidad más exaltada.
Podéis consultar el trabajo en cuestión haciendo clic aquí.
(En la imagen, grabado ficticio del capitán Gibbs, protagonista de El pirata de Colombia).
El nacionalismo en El pirata de Colombia y Obispo, casado y rey
Queridos lectores,
vuelvo a compartir, por considerarlo de mérito e interés, el trabajo de otro de mis alumnos, Pedro Carmona Sierra. Estamos, otra vez, ante una comparación breve de las novelas El pirata de Colombia y Obispo, casado y rey, pero en esta ocasión el elemento a comparar es el nacionalismo en ambas narrativas. Sus respectivos autores, López Soler y Fernández y González, tenían puntos de vista muy diferentes al respecto, y el contraste que ambos crean resulta bastante llamativo. De nuevo, considero valioso tal documento tanto para quienes quieran conocer más sobre estas dos novelas como para alumnos que busquen más referentes en los que apoyarse.
El origen de los nacionalismos lo encontramos entre los siglos XVIII y XIX. En España, el nacionalismo se presentó como algo muy progresista. Suponía que Dios abandonase el lugar central en la sociedad y lo ocupase la patria. No obstante, esta idea se volvió contra los liberales ya que los conservadores lo utilizaron para limitar las libertades. Como el concepto de patria lleva consigo la idea de unidad entre todos aquellos que pueblan un lugar, todo aquel que se saliese de la norma sería considerado un enemigo del país.
Las novelas a las que nos referiremos son El pirata de Colombia de Ramón López Soler y Obispo, casado y rey de Manuel Fernández y González. Ambos autores tienen ideas dispares a lo que nacionalismo y patria se refiere y así lo reflejan en sus obras.
Comenzaremos por la obra de Ramón López Soler. La figura del pirata ha sido ampliamente utilizada por autores románticos y su imaginario permanece a día de hoy en nuestra cultura. En primer lugar, nos llama la atención que Roberto es estadounidense, pero termina trabajando para Colombia. De aquí podemos sacar dos conclusiones. La primera es que el autor no está interesado en hablar de España y así reforzar la unidad de la nación, sino que elige a un pirata que vive en otro continente. La segunda es que Roberto no siente fidelidad por su país, Estados Unidos, lo que va en contra de la idea de nacionalismo y de patriotismo. Además, las muestras de antinacionalismo están presentes por toda la obra.
López Soler conoce y admira la obra de Byron. El poeta inglés practicó un romanticismo negativo. Según esta concepción, el ser humano está abandonado. Por este motivo, Byron vive libremente y lleva una vida de excesos. Se podría decir que lleva una vida individualista. Este individualismo y filosofía de Byron la encontramos en el pirata Roberto. Tal vez el símbolo que mejor representa la idea de antinacionalismo en la obra de López Soler sea la bandera negra del barco liderado por el protagonista. Esta bandera simboliza insumisión a todas las naciones, un espíritu de rebeldía ante el mundo que conduce al valor individual del ser. Roberto no quiere morir por ninguna nación, para él los países y las leyes oprimen. La única forma de ser libre es vivir en el mar, tripulando un barco que no atiende a más ley que la de su voluntad. Por si fuera poco, el pirata muestra un satanismo que lo distancia aún más de la nación española, que es la de López Soler. En el momento de su muerte, el protagonista no se acuerda ni de Dios ni de su país; se acuerda de Matilde, su amada, algo terrenal. Pero va más allá, López Soler glorifica la figura de Simón Bolívar, personaje odiado por el nacionalismo español y que condujo a territorios americanos a la independencia. Tras todo ello, es fácil afirmar el carácter antinacionalista y alejado de la idea de patria que López Soler refleja en su novela El pirata de Colombia.
Todo lo contrario ocurre en la novela Obispo, casado y rey. Para comprender lo que en ella se defiende es conveniente adentrarse en la vida de Fernández y González. Fue hijo de un liberal a quien encarcelaron por enfrentarse al rey. Esta experiencia le hace relacionar rebeldía con sufrimiento. Por este motivo, entre otros, el autor siente inclinación hacia la monarquía absoluta, sistema que proporcionaría, según su punto de vista, estabilidad y seguridad a España.
Así, Fernández y González retratará en esta novela a Ramiro II como una persona justa, sensata y sabia. Toda la novela se basa en favorecer la imagen del rey que cortó la cabeza a los nobles que se dedicaban a blasfemar sobre él. Todas las subtramas tienen la función de que el lector odie a aquellos que conspiran contra el rey y así piensen que Ramiro II decidió asesinarlos para hacer justicia.
Fernández y González es un claro ejemplo de aquellos que convirtieron el nacionalismo en un elemento conservador. El autor glorifica en esta obra todo lo que responde a los ideales del nacionalismo español. El rey actúa continuamente por amor a la patria, aunque en la Edad Media no existía el amor nacionalista. Utiliza este anacronismo para reforzar al rey como una figura tradicionalmente justa y adecuada para gobernar un país. Muy significativo es el momento en el que Ramiro dice que ama después de Dios a su patria, fortaleciendo el catolicismo y la patria, dos pilares del nacionalismo español.
Fernández y González fue un autor leído a lo largo y ancho del país. En sus novelas los reyes siempre son justos y benévolos. Esto condujo a un reforzamiento de la identidad nacional de los españoles y favoreció la imagen del rey y de la nación.
En conclusión, López Soler y Fernández y González tenían ideas contrarias en cuanto a patria se refiere. A día de hoy, esta dicotomía sigue vigente y, por tanto, es muy interesante prestar atención a estas obras y a estos autores para comprender mejor el mundo actual.
El héroe romántico en El pirata de Colombia y Obispo, casado y rey
Queridos lectores,
en esta ocasión me dispongo a compartir el trabajo de otra de mis alumnas, Laura Torres Chulián. Supone una breve, aunque interesante, comparación del paradigma del héroe romántico en dos novelas históricas españolas del XIX: El pirata de Colombia, de Ramón López Soler (1832) y Obispo, casado y rey, de Manuel Fernández y González (1850); dos autores, por cierto, con diferencias ideológicas abismales, pese a ser los dos novelistas pertenecientes a la etapa romántica. Dado que se tratan de autores casi olvidados ya, y de obras que apenas han sido estudiadas ni valoradas hasta el momento, considero que un trabajo como este tiene especial interés, por ofrecer más información sobre títulos prácticamente desconocidos, y por suponer también un referente a tener en cuenta para alumnos de filología que tengan que realizar actividades similares. Este trabajo, en concreto, ha sido calificado con una puntuación muy alta y puede prestarse perfectamente a ese propósito.
Podéis consultarlo haciendo clic aquí .
(En la imagen, retrato de Ramiro II el Monje, protagonista de Obispo, casado y rey).
martes, 2 de febrero de 2021
Comentario de texto: A Roma sepultada en sus ruinas
Pensando de nuevo en alumnos de filología hispánica que busquen referentes para llevar a cabo un comentario de texto, traigo aquí otro trabajo de ese tipo realizado por uno de mis alumnos, Nasir Alfonso Akram Soler. Bajo mi criterio, cumple con todo lo que en la universidad se debe exigir con respecto a actividades de este tipo. En este caso, es del poema de Quevedo titulado "A Roma sepultada en sus ruinas".
A
Roma sepultada en sus ruinas
Buscas
en Roma a Roma, joh, peregrino!,
y
en Roma misma a Roma no la hallas:
cadáver
son las que ostentó murallas,
y
tumba de sí proprio el Aventino.
Yace
donde reinaba el Palatino;
y
limadas del tiempo, las medallas
más
se muestran destrozo a las batallas
de
las edades que blasón latino.
Sólo
el Tibre quedó, cuya corriente,
si
ciudad la regó, ya, sepoltura,
la
llora con funesto son doliente.
iOh,
Roma!, en tu grandeza, en tu hermosura,
huyó
lo que era firme, y solamente
lo
fugitivo permanece y dura.
Este
soneto pertenece al escritor madrileño Francisco de Quevedo, autor insigne del
Barroco español y máximo exponente de la escuela literaria conceptista. Se
desconoce la fecha de su elaboración con exactitud, pues fue publicado de forma
inédita tras la muerte del poeta, en la edición El Parnaso español, monte en dos cumbres
dividido, con las nueve Musas del año 1648, de la mano del humanista José Antonio González de Salas,
al cual le fue encomendado recopilar los poemas de
Quevedo. Se trata de una composición paradigmática en la que se reflejan a la
perfección tanto las características propias de su convulsa generación
literaria, el Barroco, como las del mismo poeta y la tendencia conceptista a la
cual representa.
El
tema principal del poema es uno de corte moral y muy recurrente en la época: la
fugacidad de los bienes materiales y el inexorable paso del tiempo. Para
abarcar dicho tema, además, se acude a otro tópico indudablemente barroco: la
contemplación de ruinas, las de Roma en este caso.
Como
ya se apuntó inicialmente, se trata de un soneto, composición poética utilizada
ampliamente en España desde el siglo XVI y su popularización por parte de
Garcilaso de la Vega. Como tal, su estructura se basa en dos cuartetos seguidos
de dos tercetos, todos en versos endecasílabos y con rima consonante. Sus
versos se distribuirían siguiendo este esquema métrico: ABBA/ABBA/CDC/DCD. En
cuanto a su estructura interna, el poema se podría dividir en dos núcleos
temáticos. El primero abarcaría los dos cuartetos y el primer terceto. En este,
la voz poética se dirige a un peregrino, y relata la contemplación de
las ruinas de Roma, rememorando su glorioso pasado histórico. En la segunda
parte, consistente en el último terceto, el poema redirige su voz hacia la
ciudad misma de Roma, a la cual dedica su reflexión moral conclusiva.
El
estatus de este poema como modelo de los rasgos barrocos, quevedescos y
conceptistas es de fácil demostración. Para ello, se someterán sus versos a un
análisis profundo.
Los
dos primeros versos funcionan como introducción al soneto. Son, además,
fundamentales para su desarrollo. Mediante la dilogía, presentada en forma de
juego de palabras, de en Roma, referido a la ciudad, y a Roma,
que remite al pasado histórico de la Roma imperial; se establece una
contraposición que se mantendrá a lo largo de todo el poema. Se enfrentan la
visión de la Roma actual, arruinada y decaída por la acción del tiempo, con la
de la Roma del Imperio Romano, en la cúspide de su gloria terrenal. Este
contraste se verá reforzado por la antítesis de los vocablos buscas y no
la hallas. En estos dos primeros versos, también se realiza la primera
apelación mediante exclamaciones (joh, ¡peregrino!), que vertebrará la
primera parte del poema y funcionará como pretexto para enumerar las pasadas
glorias de la ciudad milenaria. Tras esto, los dos siguientes versos que
cierran el primer cuarteto comenzarán a enunciar las razones que explican la
afirmación inicial, en Roma misma a Roma no la hallas. La Roma imperial
que ostentó murallas, ya es solo un cadáver y el Aventino es
tumba de sí proprio. Destaca, de nuevo, la antítesis léxica que se mantiene
entre murallas y cadáver, así como entre tumba y Aventino.
En esta instancia, la oposición se ve reforzada por la antítesis de las formas
verbales de presente (son) y pretérito (ostentó), ligadas a la
Roma en ruinas y a la imperial, respectivamente.
Posteriormente,
en el segundo cuarteto se continúan enumerando las pasadas cualidades de la
Roma imperial, contrastándolas con las ruinas de la Roma actual. Se siguen
sucediendo las antítesis léxicas y de presente con pretérito en yace,
opuesto a reinaba. La expresión limadas del tiempo, referidas a
las actuales medallas, refuerza aún más la ya presente idea del desgaste
sufrido por el tiempo, enunciada con la elegante metáfora batallas de las
edades.
El
primer terceto funciona como la conclusión de las enumeraciones anteriores. Se
realza la idea de que lo único que quedó de Roma fue el río Tíber con el
adverbio sólo junto a un hipérbaton. Además, siguiendo la estructura
bimembre utilizada hasta ahora, se establece la antítesis definitiva del poema:
regó y ciudad con llora y sepultura. El Tíber,
antiguo símbolo y dador de vida de la Ciudad Eterna, sobrevive a esta última y
lamenta su pérdida, transformando sus aguas, su corriente, en un
metafórico llanto constante.
Finalmente,
en el segundo terceto se realiza el cambio de voz. El poema pasa a evocar,
mediante una segunda apelación exclamativa, a una Roma imperial personificada.
A esta, introducida mediante una repetición enaltecedora de sus virtudes (en
tu grandeza, en tu hermosura), le dedica los dos últimos versos que
concluyen el poema en su totalidad. En ellos se revela la paradoja que envuelve
a toda la composición: lo firme, es decir, la ciudad misma con
toda su gloria pasada huyó; mientras que lo fugitivo, la mudanza
del tiempo, simbolizada en el continuo fluir de la corriente del Tíber, es lo
único que permanece. Así, formalmente mediante la acumulación de figuras
retóricas y temáticamente mediante la reflexión moral conclusiva, en este
último terceto se condensa todo el peso del poema. Cabe destacar también cómo
se mantiene, ahora más importante que nunca, la antítesis léxica y de formas
verbales entre huyó y permanece, así como firme y fugitivo.
La oposición entre la gloria pasada de Roma y su ruina actual es transportada
por la corriente del Tíber desde el inicio del soneto hasta su final, todo ello
envuelto en la paradoja de que esta misma fugitiva corriente, el tiempo,
es lo único certero. Salta también a la vista la fluidez sonora del último
verso, del cual se podría decir que emula las propiedades del Tíber.
Para
concluir el análisis estilístico, cabrían resaltar los rasgos que aparecen de
manera recurrente en el soneto. El campo semántico más utilizado es, sin lugar
a duda, el de la Ciudad Eterna: Aventino, Palatino, Tibre,
Roma. No sorprende, pues, en un poema dedicado a esta. Más interesantes
son los campos de lo funerario (cadáver, tumba, yace, sepoltura,
funesto) y lo mudable (peregrino, corriente, huyó, fugitivo),
que nos remiten a la antítesis entre el cadáver de las ruinas de Roma y
la corriente del Tíber, símbolo del paso del tiempo. También se pueden
encontrar figuras repetitivas, como la recurrencia de en tu grandeza, en tu
hermosura o el quiasmo de los dos primeros versos. Dichos tipos de figuras
son empleadas extensivamente por Quevedo y el conceptismo, así como también lo
es el hipérbaton, encontrado a lo largo de todo el poema.
En
cuanto a la tradición intertextual de la composición, aparte de la literatura
de ruinas del Barroco y como señala la catedrática Beata Baczyńska
Como
conclusión, tras haber realizado el análisis de todos los rasgos pertinentes,
se puede afirmar de nuevo que este soneto no es sino el paradigma de un poema
barroco de Quevedo. Lo prueba su estructura métrica -en forma de soneto,
esquema muy usado en esta época, especialmente por Quevedo-, sus motivos -tempus
fugit, ruinas, incertidumbre barroca- y todos los rasgos estilísticos
observados a lo largo de la composición. El soneto es, además, un claro reflejo
de la faceta más humanística del poeta, el cual no pudo resistir cantar, como
muchos otros, a la Ciudad Eterna y su civilización.
Referencias
Baczyńska, B. (1996). Dos epitafios a Roma sepultada
en sus ruinas: un epigrama polaco de Mikolaj Sep Szarzynski y un soneto
español de Francisco de Quevedo. Scriptura (11), 31-42.
martes, 26 de enero de 2021
Un ejemplo de reaccionarismo católico contra la heterodoxia ilustrada
En el número 21 de la revista Cuadernos dieciochistas se ha publicado un nuevo artículo mío, "Un ejemplo de reaccionarismo católico contra la heterodoxia ilustrada en la España de finales del XVIII: la novela El impío por vanidad del padre Martínez Colomer".
El padre Vicente Martínez Colomer es uno de los novelistas españoles de finales del XVIII mejor valorados por la crítica, sobre todo por su novela El Valdemaro. No obstante, otra de sus narraciones, El impío por vanidad, es también interesante en tanto que supone un ejemplo muy evidente de la ideología más habitual entre los intelectuales más reaccionarios de la época. Por aquel entonces, buena parte de la filosofía ilustrada comenzaba a atacar algunos de los principales dogmas del catolicismo; la novela El impío por vanidad vendría a ser un intento de reaccionar contra la vertiente más heterodoxa de la Ilustración. Para ello, el autor se sirve del sentimentalismo típico de la narrativa de la época utilizado, de una manera más bien sensacionalista, con el objeto de provocar espanto en el lector hacia las nuevas corrientes de pensamiento.
Puedes acceder al artículo en cuestión haciendo clic aquí .
Comentario de texto: Diálogo de galán y dama desdeñosa
Traigo aquí otro comentario de texto que, a mi juicio, puede servir como referente a alumnos de filología hispánica que pretendan llevar a cabo un trabajo de este tipo. En este caso es de un texto no muy conocido de Quevedo, el "Diálogo de galán y dama desdeñosa"; su autora es otra de mis alumnas, Alejandra Escobar Torné.
COMENTARIO DE TEXTO
DIÁLOGO DE GALÁN Y DAMA DESDEÑOSA
1. Contextualización
Diálogo de galán y
dama desdeñosa es un poema que pertenece a Francisco
de Quevedo. Cabe destacar que dicho autor se encuadra en la época barroca[1].
El Barroco es un movimiento que se caracteriza por extremar algunos de los
impulsos del Renacimiento. De ahí que en ningún momento se refute el período
renacentista, sino que se produce una exageración del mismo al tener un estilo
rebuscado. Así pues, existen una serie de coadyuvantes que desembrollan los
motivos por los que se origina este suceso.
En primer lugar, el Barroco es el
arte de la Contrarreforma. Por ello, se percibe de forma evidente la
evanescencia de la armonía propia renacentista y la falta de equilibrio que
caracteriza a esta etapa. Como resultado, en el ámbito literario esta
concepción se expresa mediante la fugacidad y el sinsentido de la vida, pues nada es lo que
parece ser.
Asimismo, la recuperación de la Poética
de Aristóteles[2]
no únicamente subraya la mímesis de la naturaleza como principio del arte, sino
que intenta retratar la variedad del mundo en su multiplicidad, desde la
realidad más excelsa hasta la más escatológica. Como consecuencia, se produce
una literatura vitalista en la que se desarrolla la noción de concordia
discors, en la que lo hermoso y lo grotesco se unifican.
Igualmente, la perspectiva de
Copérnico sobre el universo suscita una visión casi perdida de los hombres
sobre la Tierra, puesto que se transforman en seres minúsculos. Esta
modificación provoca en la humanidad una sensación de pánico al vacío (horror
vacui). Por consiguiente, la réplica a ese pavor será completarlo todo lo
máximo posible.
Además, el Barroco se agrupa en dos
grandes tendencias: el conceptismo de Quevedo y el culteranismo de Góngora. El
conceptismo se basa en la unión perspicaz de dos elementos que aparentemente no
tienen relación. No obstante, aunque Góngora[3] y Quevedo sean conceptistas,
Góngora se aleja de esta corriente e instituye el culteranismo que se
caracteriza por su complejidad.
En suma, la cohesión de todas las
características barrocas le influye en gran medida a Quevedo, cuya personalidad
es sumamente contradictoria.
De la misma manera, muchos de los
rasgos barrocos se reflejan en su Poética, particularmente en la
temática de la misma. La producción poética quevedesca está constituida por la
poesía amorosa, a la que se le añade el sentimiento de desengaño propio de este
período; los sueños que presuntamente ha tenido el propio autor; la poesía
religiosa, puesto que Quevedo se considera a sí mismo un autor muy católico, y la
crítica social, que incluso está presente en su poesía metafísica. En relación
con esta última peculiaridad, la crítica social de Quevedo está respaldada por
los propios intereses personales del poeta. Por ello, el autor vitupera en sus obras
a los grupos más oprimidos.
De igual modo, conviene resaltar los
acontecimientos históricos que se están desarrollando en esta etapa. Por un
lado, la Reforma Protestante se inicia a principios del siglo XVI por Lutero. El
motivo de su sublevación es debido a la convalidación de las bulas que otorgaba
la Iglesia Católica por años de purgatorio, si se desembolsaba una cantidad de
dinero determinada por las mismas. Así pues, muchas personas las adquieren al
sentirse atemorizadas por este hecho. En consecuencia, Lutero se percata de que
están siendo engañados y protesta por ello. La propuesta luterana se fundamenta
en que el cristianismo debe concebirse individualmente y no de manera
colectiva, pues considera que los seres humanos están en pecado desde que nacen
al pensar únicamente en su propio beneficio. Por consiguiente, la muerte de
Jesucristo salvó a toda la humanidad, por tanto, para ir al cielo es necesario
solamente leer la Biblia y encomendarse a Dios. Además, Lutero plantea la libre
interpretación de las escrituras. Como resultado, la perspectiva luterana provocó
una visión individualista del mundo. Posteriormente, en el siglo XVI aparece
Calvino en Francia. El calvinismo defiende que trabajar es el único acto de
amor a Dios. Tanto es así que el valor de las personas se mide por su trabajo.
Este hecho desintegra la sociedad del siglo XVII basada en el privilegio y en
la nobleza. Por tanto, ambas posturas no solo conforman una nueva concepción de
la moral, sino que suponen una auténtica revolución. Por ende, surge la
Contrarreforma que utiliza el arte como instrumento
propagandístico, ya que era indispensable un estilo grandilocuente y ostentoso que
luchase contra la herejía a la par que evidenciase el triunfo católico.
También, cabe mencionar que el amor
cortés se
inicia en la Edad Media como reflejo de las relaciones de vasallaje propias de
la época. Por eso, en el siglo XVII referirse al feudalismo era disparatado y
obsoleto, dado que la sociedad de ese momento se regía en función de un
emperador. Un claro ejemplo se localiza en la obra Don Quijote de la Mancha,
que es una sátira contra los libros de caballerías. Cervantes se burla de esta
concepción amorosa mediante la figura de Dulcinea del Toboso, amada de don
Quijote.
2. Tema del texto
Sátira al amor cortés.
3.
Estructura externa
La
creación poética a la que se alude es un soneto. Este tipo de composición está
constituida por un total de catorce versos distribuidos en dos cuartetos y dos
tercetos. Todos los versos son endecasílabos, por tanto, son versos de arte
mayor. Sin embargo, en el verso quinto Quevedo emplea la diéresis con el fin de
segmentar el diptongo que se localiza en el término “cruel”. Igualmente, el
poema cuya estructura métrica es ABBA ABBA CDE DCE, presenta una rima
consonante. Además, la obra exhibe una estructura dramática mediante un diálogo
entre un galán y una dama. Concretamente, tanto el galán como la dama
participan en la conversación hasta en nueve ocasiones.
4.
Estructura interna
La
disposición de este poema se particulariza por las intervenciones ficcionales
del galán cuando describe a la dama, propias de la poesía cortesana. En
contraste, la mujer rompe esos juegos ficcionales por medio de sus respuestas. La
razón por la que esto sucede es debido al enfoque racionalista de la dama, pues
al examinarse la ficción desde dicha perspectiva, la metáfora del galán queda
absolutamente desarmada y caricaturizada.
Por tanto, cabe
precisar que este soneto es una creación metaficcional, ya que alude
asiduamente a la ficción.
5.
Comentario
La obra quevedesca
Diálogo de galán y dama desdeñosa escarnece el amor cortés.
En el primer verso,
Quevedo hace referencia a la herejía. En muchas ocasiones la poesía cortés
incurre en hereje al venerar a la dama más que a la propia divinidad, como se
evidencia en este verso. No obstante, mencionar la herejía en la España del
siglo XVII era exponer un asunto sumamente polémico, puesto que implicaba una
grave problemática. Por una parte, la Reforma Protestante impulsada tanto por
Calvino como por Lutero y, por otra, la Contrarreforma, es decir, la réplica de
la Iglesia católica a dicha Reforma. Así pues, la dama al tomarse en un sentido
literal las palabras del galán, alude a ambos reformadores protestantes en el
segundo verso. El motivo por el que esto ocurre es debido a que hacer mención a
la herejía era equivalente a enfatizar lo que había acontecido en relación con
la misma en el siglo anterior, de ahí la contestación de la dama. Asimismo, en
los últimos versos del primer cuarteto no únicamente se refleja la ficción por
parte del galán, sino que es muy llamativa la contestación de la dama que
revela la aprensión de Quevedo hacia los médicos. El poeta considera que los
sanitarios eran aún más perniciosos que las propias enfermedades. La razón por
la que Quevedo critica a los facultativos es que el autor vitupera a todas
aquellas profesiones que se posicionan en un rango inferior al suyo, como
ocurre con este oficio. Por consiguiente, el poeta desea trasladar al lector de
la obra un mensaje conciso y claro: trabajar no dignifica. Por tanto, Quevedo
se opone al calvinismo, que reducía toda la dignidad humana al trabajo.
De igual forma, los
dos primeros versos del segundo cuarteto hacen alusión al verdugo que ejecuta
violentamente al reo de muerte. En consecuencia, este episodio causaba en la
persona que iba a fenecer “enojos”, es decir, un gran sufrimiento. No obstante,
en el caso de este poema el galán va a padecer aflicción amorosa por su amada. La
dama, que comprende el mensaje literalmente, le advierte al galán que no debe
quejarse pese a que se sienta angustiado por su rechazo. Además, en los últimos
versos del segundo cuarteto se observa que el único interés que tiene la mujer
con respecto al enamorado es su dinero. Por ello, hace referencia a los
“cabellos rojos”, puesto que las personas más codiciosas guardaban su dinero en
los odres de cuero que tenían un pelaje rojizo. Sin embargo, ella quería que su
pretendiente tuviese “el oro en bolsa”, ya que evidenciaría que le iba a poder
costear todos los caprichos que la dama quisiera.
Con respecto al
primer terceto, el galán le otorga su alma a la dama. Su amor hacia la mujer es
tan fuerte que hasta su mirada le aflige, por tanto, le pide que le robe el
corazón. Es decir, el galán le está otorgando su vida a la dama. Sin embargo,
la ficción del enamorado se opone al realismo de la mujer, cuyo único aliciente
es el dinero. Finalmente, en el primer verso del último terceto el galán se
siente desesperado por el continuo desdén de su amada. De ahí que interpele a
la dama la causa del denigrante tratamiento hacia su persona. La mujer le
responde por medio de una metáfora gastronómica que él había utilizado precedentemente.
En el último verso, el galán concluye manifestando que se muere de amor por
ella. Sin embargo, la dama muestra indiferencia ante la muerte del galán, pues
lo que le preocupa es adquirir sus bienes.
Por ende, en esta
creación Quevedo pone de manifiesto tanto la misoginia como el materialismo que
caracteriza a la sociedad. Por una parte, la misoginia es consustancial al
poeta, dado que critica a la sociedad a través de los colectivos que sufren un
mayor sometimiento. En el siglo XVII las mujeres tenían escasos derechos, de
ahí que el autor exhiba a una mujer codiciosa en esta creación. Por otra parte,
Quevedo quiere acentuar la noción dineraria a lo largo del soneto, pues el
poeta sostiene que las transformaciones sociales concomitantes al siglo XVII se
regían por el dinero, ya que era la herramienta que se empleaba para
cuantificar el trabajo de las personas si se tenía en consideración el
calvinismo. Por esta razón, si el trabajo dignifica al ser humano, la nobleza
queda derogada y todo se basa en prerrogativa monetaria. No obstante, Quevedo ratifica
que el dinero no te hace más digno. Para él lo más importante es que ese
capital se obtenga de forma lícita. En suma, cabe resaltar la misoginia como
crítica social en esta composición.
Con respecto a las
formas utilizadas en el poema, conviene subrayar que en plano fónico se
encuentra la interrogación retórica. Esta figura se emplea frecuentemente en el
desarrollo de la obra con el fin de realzar lo que se expone, ya que en ningún
momento se espera una respuesta de la misma. En los versos 5, 6 y 7 el galán se
encuentra exasperado por el continuo rechazo de su amada, mientras que ella lo
instiga a no lamentarse de sus penas de amor. Así pues, se recurre a la
interrogación retórica con el fin de que tanto él como ella reflexionen sobre
su comportamiento. Además, en los versos 9 y 10 la dama estima las respuestas
del galán desde un punto de vista racional. Por ello, invita al cortejador a
meditar lo que expone por medio de esta figura. También, en el verso 12 el
galán cuestiona a la dama su conducta a través de la utilización de este recurso.
En cuanto al plano
morfosintáctico, destaca el polisíndeton en el octavo verso mediante la
conjunción “y” que dota al verso de una mayor fuerza expresiva, pues lo que la
dama realmente anhela es “el oro en bolsa” y desestima el dinero en “cabellos
rojos”.
En relación con el
plano léxico-semántico, se halla una metonimia en el primer verso en
correspondencia con el término “despojos”, puesto que el semblante de la dama
no le hace hereje a él, sino a la parte más mezquina del sujeto que son sus
despojos. Igualmente, en el soneto predominan las metáforas que emplea el galán.
Esta figura se ve reflejada en sus intervenciones en el primer cuarteto, pues
mediante la metáfora se relaciona el rostro de la dama con los despojos del enamorado,
por un lado y los ojos de la mujer con el mundo, por otro. Como resultado, de
modo hiperbolizado se incide en herejes, así como que los ojos de la dama matan
a la humanidad. De igual forma ocurre en el primer terceto, en el que se
identifican el alma, la vista y el pecho con tomar, herir y robar. El galán
anhelaba que la dama se adueñase de su alma y que le arrebatase su pecho, ya
que únicamente con mirarle le causa heridas de amor. Es decir, el galán deseaba
que la dama lo tomase como suyo y lo refleja por medio del empleo de metáforas.
En conclusión,
Quevedo en Diálogo de galán y dama desdeñosa se burla del amor cortés a
través del contexto social, político e histórico concerniente al siglo
anterior.
[1] Desde el punto de vista
literario, el Barroco ocuparía el siguiente lapso de tiempo: desde el año 1598
(defunción de Felipe II) hasta 1681 (deceso de Calderón de la Barca). No
obstante, conviene subrayar que los estudiosos consideran que a partir de 1580
se manifiestan ya algunas propensiones barrocas. De igual forma, Quevedo se
asocia con la segunda generación barroca (nacidos en torno a 1580).
[2] Robortello tradujo la
Poética aristotélica al latín en 1548.
[3] Góngora fue el iniciador
de la poesía conceptista en España, ya que él pertenece a la primera generación
literaria barroca. Por tanto, es anterior a Quevedo.
jueves, 7 de enero de 2021
Comentario de texto: Comienzo del Buscón
De nuevo, pensando sobre todo en alumnos de filología hispánica, y sobre todo en aquellos que me piden alguna referencia para realizar correctamente un comentario de texto, subo aquí otro que he calificado con una puntuación muy alta, a cargo de otra de mis alumnas, Natalia Becerra Andrades, de la asignatura Literatura española en los Siglos de Oro. En este caso, es un comentario del comienzo del Buscón. Espero que sea de ayuda y utilidad para quienes intenten llevar a cabo un trabajo parecido. Podéis acceder haciendo clic aquí.
Entrevista al Cid
Con el objetivo de cerrar ya las publicaciones dedicadas a los trabajos académicos más ejemplares que mis alumnos han realizado este cuatri...
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De nuevo, os traigo otro comentario de texto, esta vez del conocido artículo "Día de difuntos de 1836" de Larra, por mi alumna M...
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Traigo aquí otro comentario de texto que, a mi juicio, puede servir como referente a alumnos de filología hispánica que pretendan llevar a ...